-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------“El libro es como la cuchara, el martillo, la rueda, las tijeras. Una vez se han inventado, no se puede hacer nada mejor. El libro ha superado la prueba del tiempo... Quizá evolucionen sus componentes, quizá sus páginas dejen de ser de papel, pero seguirá siendo lo que es.”

UMBERTO ECO

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miércoles, 31 de agosto de 2011

MURO VERDE BIBLIOTECA SEMIAHMOO. ESTADOS UNIDOS

Arquitectos: Green Over Grey
Ubicación: 
White Rock, Vancouver, Washington, Estados Unidos  Superficie: 280 m2 (fachada)
Fecha: 2010-2011







Diseño de fachada
El diseño único de casi 280 metros cuadrados consiste en más de 10.000 plantas representando más de 120 especies. Incluye cubresuelos, plantas perennes, arbustos y pequeños árboles. Es actualmente, el muro vivo más grande en los Estados Unidos.
Un muro verde, también conocido como muro vivo es un jardín vertical auto-suficiente que está fijado al interior o exterior de un edificio. La tecnología utilizada es libre de sustrato, las plantas reciben agua y nutrientes desde el interior del soporte vertical en vez de desde la tierra. Imita muy fielmente el cómo las plantas crecen verticalmente en la naturaleza como en acantilados, peñascos, ramas de árboles o en torno a cascadas.
“La gran diversidad de especies de plantas escogidas crean un ecosistema balanceado que es un oasis urbano para abejas, mariposas y colibríes” dice Patrick Poiraud, socio principal de Green Over Green – Muros Vivos y Diseño, la empresa de Vancouver especializada en el diseño y construcción de estos muros.
“El muro vivo ayuda a aislar el edificio, purifica el aire y transforma el hormigón gris en cientos de sombras de verde”.


Fuente: www.plataformaarquitectura.cl

jueves, 18 de agosto de 2011

Biblioteca Pública Municipal ”Ana María Matute” . Almonte. España

Arquitectos: Donaire Arquitectos / Juan Pedro Donaire Barbero
Ubicación: Huelva, España
Cliente: Almonte Town Hall
Área Proyecto: 1,725 m2
Año Proyecto: 2010
Almonte es un municipio español de la provincia de Huelva, Andalucía.

La Biblioteca Pública Municipal ”Ana María Matute” de Almonte, que fue inaugurada el pasado 21 de marzo con la presencia de la novelista española, está siendo un gran referente entre los arquitectos españoles. Se trata de la antigua Bodega de Reales (edificio de finales del siglo XIX), que ha sido rehabilitada respetando el aspecto industrial del edificio.
Es una actuación muy respetuosa con el elemento industrial original, pues tanto en el exterior como en el interior aun se puede leer el origen industrial del edificio. La elección de la materialidad en el interior está muy acorde con el carácter industrial.
El proyecto se centra en “Los Reales de Almonte Almacén”, registrado como Bien de Interés Cultural, que ha sido rehabilitado para ser usado como una biblioteca pública y una escuela de Artes. Encerrado dentro de una plaza pública, el edificio se ubica en la “Ciudad de la Cultura” en Almonte y junto al nuevo Teatro de la ciudad.

antes de la rehabilitación
La biblioteca está situada en una Antigua bodega, una estructura típica del área local. Abierto en tres lados, el edificio tiene 78 metros de largo y 10,5 metros de ancho, con una superficie total de 821 metros cuadrados. El trabajo incluyó la construcción de una galería sin alterar la estructura del edificio para mantener e incorporar las características originales. La biblioteca ocupa 14 de los 17 módulos, y los tres módulos restantes están en la casa de la Escuela de Artes.
La entrada principal está en el Sur-Este del edificio, dándole una sensación más espaciosa.




El control de libros/préstamos/administración es el primer espacio y tiene una altura controlada. Las siguientes áreas son la Prensa y la Sala de Lectura, que utilizan la altura de la galería. Los últimos espacios son la zona de los niños, iluminado por grandes y difusas fuentes de luz, y un área para un pequeño almacén y un segundo tramo de escaleras. En el piso superior hay una lectura y una sala de audiovisuales.


Fuentes:
http://www.plataformaarquitectura.cl/2011/06/14/biblioteca-publica-y-escuela-de-musica-donaire-arquitectos/

http://www.bauenblog.info/ciutats/almonte/

http://patrindustrialquitectonico.blogspot.com/2011/08/bodega-de-reales-transformada-en.html



domingo, 7 de agosto de 2011

Leer, eso se aprende en la escuela.
Amar la lectura....

Hay que leer, hay que leer...
¿Y si en lugar de exigir la lectura el profesor decidiese de pronto compartir su propia dicha de leer?


Pennac, Daniel. Como una novela.

martes, 2 de agosto de 2011

LA FORMA DE REALIZAR LA TAREA DE REFERENCIA

Todo consejo que se pretenda dar para auxilio del bibliotecario de referencia, en lo que respecta a la forma de realizar sus tareas, corre un riesgo: el de no ser útil.
Porque el trabajo de auxiliar al lector es, en sí mismo, tan complejo, se presenta bajo aspectos tan novedosos, que coloca al bibliotecario en las situaciones más inesperadas y que exigen, para salir airoso de ellas, mucha decisión personal, sagacidad, un plan de acción a formularse en el acto, rápida y eficazmente.
Sin embargo, algunos consejos pueden poner al bibliotecario a salvo de algunos fracasos.
Es de suma importancia el conocimiento de los usuarios y sobre todo el estudio de la relación bibliotecario-usuario.
No bien el lector se acerca a plantear su problema, se inicia la entrevista entre las dos partes interesadas.
La primera parte de la misma es lo que ha dado en llamarse la "negociación" de la pregunta.
El bibliotecario tiene que llegar a saber qué es lo que el usuario desea conocer:
¿qué quiere saber?;
¿para qué quiere saberlo?;
¿hasta dónde quiere llegar en su indagación?;
¿cuánto sabe ya de eso?
Es muy común que el público que se acerca al referencista formule muy vagamente sus demandas, ya sea porque no se explica con claridad, ya porque no sabe a ciencia cierta qué es lo que busca.
El bibliotecario resistirá a la tentación de adivinar, rápidamente, qué es lo que se le quiere decir, y a la de determinar, con rapidez pareja, la obra que le conviene a ese lector.
Si lo hace así, correrá el riesgo, en que caerá en muchas ocasiones, de entregar al usuario lo que menos conviene a su necesidad o menos se adapta a su interés.
Para evitar incurrir en estos errores que desalientan al público y despiertan su desconfianza, el bibliotecario de referencia "no deberá tener prisa".
Aclarada la demanda, el bibliotecario deberá plantear al usuario nuevos interrogantes: ¿en qué forma desea recibir la información?
¿cuánta información desea?
Así, a través de una conversación, el bibliotecario logrará determinar el tema de la consulta; conocer la motivación y los objetios que persigue el lector;
conocer sus características personales.
Una vez en posesión de todos los datos, el referencista podrá contestar dando los datos pedidos o poniendo al usuario en el camino del estudio o la investigación.
En estos casos la marcha de lo general a lo particular suele ser la más aconsejable, salvo en aquellas ocasiones en que lo directo de la pregunta y lo obvio de la respuesta permitan dirigir al lector directamente a una fuente en que hallará solucionado todo su problema.
El orden que se da a continuación parece el más plausible, pero la experiencia demuestra que es alterado constantemente, ya que los imponderables que gravitan en toda consulta de referencia pueden hacerlo superfluo, motivar la eliminación de etapas o, sencillamente, cambiar el orden de sus pasos:
1. consulta de los catálogos de la biblioteca;
2. enciclopedias y diccionarios;
3. repertorios biográficos;
4. bibliografías;
5. anuarios, guías, directorios;
6. publicaciones periódicas (comenzando por sus índices), publicaciones oficiales, de sociedades, de institutos, etc.;
7. fondo general de la biblioteca bibliográfico (materiales especiales);
8. otras bibliotecas (préstamo interbibliotecario);
9. especialistas

De lo expuesto, se deduce que la tarea de referencia es, entre todas las que se cumplen en la biblioteca, la que escapa con más facilidad al imperio de normas.
El bibliotecario que la ejerce está más librado a sí mismo que ninguno de sus colegas.
Éstos, que cumplen tareas técnicas, tienen para su guía y defensa reglas ya establecidas, largamente probadas en la experiencia ajena, y que los ponen a cubierto de muchos errores y les evitan toda clase de improvisaciones.
Pero el referencista se mueve en un plano mucho menos definido, en el que suelen carecer de validez todas las advertencias.
La sorpresa, el asalto inesperado, por así decirlo, constituyen buena parte de su clima, y los problemas que en otras secciones de su biblioteca pueden discutirse pacientemente recurriendo a textos, allí deben ser solucionados de inmediato y sin vacilaciones.
No cabe duda alguna de que si hay tarea que pone a prueba la agilidad mental del bibliotecario es ésta, y sólo será buen referencista aquél que esté dotado de una inteligencia clara y rápida, disponga de una buena colección de obras, conozca a fondo su manejo, tenga una curiosidad siempre alerta para todo lo que acontece.

Extracto:  Sabor, Josefa E. La tarea de referencia en las bibliotecas.