CIUDAD DE MÉXICO (17/ENE/2012).- A propósito del 30 aniversario luctuoso del reconocido arquitecto y muralista mexicano Juan O'Gorman, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta) recordó la manera en que el artista concibió el mural que decora la Biblioteca Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Se trata de su obra más representativa y reconocida mundialmente por su creatividad, temática, diseño, técnica constructiva y dimensiones; sus imágenes representan algunos de los momentos más trascendentes de la historia de México.
En la parte norte del mural se pueden ver imágenes que hablan del pasado prehispánico; mientras que la sección sur plasma el pasado colonial; desde el oriente se vislumbra el mundo contemporáneo y la universidad, y en la parte poniente el México actual.
Los mosaicos fueron realizados con piedras naturales de colores, seleccionadas a partir de la colección integrada por aproximadamente 150 piedras que O'Gorman consiguió durante los diversos viajes que emprendió por toda el país en busca de las mismas en minerales y canteras.
De todas esas piezas reunidas finalmente para el mural, sólo seleccionó 10 colores: un rojo venecia, un amarillo siena, dos rosas de diferente calidad (una casi de color salmón y otra con tendencia al color violeta), un gris violáceo, un gris oscuro, obsidiana negra y calcedonia blanca.
También utilizó el mármol blanco y dos tonos de verdes; uno claro y otro oscuro. Para el azul utilizaría vidrio coloreado en trozos y después triturado como si se tratara de piedra, o bien hecho en placas para usarlo, como se utiliza en los mosaicos de vidrio.
Juan O'Gorman nació en Coyoacán, Distrito Federal, el 6 de julio de 1905 y estudió la carrera de arquitectura en lo que es la Universidad Nacional Autónoma de México.
Fue miembro de la Academia de Artes y recibió entre otros, el primer lugar (en la sección de pintura) del concurso Premio Cementos Tolteca (1931) y miembro de honor de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura del IPN (1959).
Entre los múltiples reconocimientos que mereció, destaca el Premio del Fondo de Fomento Educativo en el campo de las artes "Elías Sourasky" (1967) y el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1972).
Lamentablemente el artista se suicidó el 18 de enero de 1982, debido a la fuerte depresión que sufrió después de ver arruinadas sus obras, y darse cuenta que su hija adoptiva Bonnie ya no lo necesitaría. Sus restos fueron sepultados en la Rotonda de las Personas Ilustres, del Panteón Civil de Dolores, de la Ciudad de México.
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