Soy el hombre que entra a un restaurante, se sienta a la mesa y espera pacientemente mientras los meseros hacen cualquier cosa menos tomar mi pedido.
Soy el hombre que llega a una estación de servicio y en lugar de tocar la bocina espera pacientemente que el empleado termine de leer las noticias deportivas.
Soy el hombre que explicó que tenía urgencia por algo especial, pero no se quejó al recibirlo tres semanas más tarde, como si hubiera sido enviado en la forma y tiempo correcto.
Usted podría decir que yo soy el tipo de persona paciente, tranquila y llevadera, que nunca crea problemas. Pero realmente ¿sabe además quién soy yo?
Yo soy el cliente que nunca regresa.
Me divierto cuando veo como gastan millones de pesos en publicidad tratando de que regrese a su comercio, banco, compañía de seguros, empresas de servicios públicos o bibliotecas. He estado allí y lo único que me hubiera retenido habría sido un eficiente servicio y una pequeña muestra de cortesía.
Lo tomé prestado de: http://fabulasymoralejas.blogspot.com/search?updated-max=2009-06-20T12%3A20%3A00-07%3A00&max-results=1
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